El Transtorno de Espectro Autista en la educación, problemática y oportunidades

    El Transtorno de Espectro Autista (TEA) es una patología que afecta a un gran número de estudiantes, los cuales se enfrentan a serios problemas a la hora de integrarse en las aulas y, habitualmente, tienen un bajo desempeño académico como consecuencia de la poca preparación que docentes y centros tienen a la hora de tratar con estos alumnos. Por eso, me parece importante que como futuros docentes nos concienciemos de esta realidad y equiparnos de las herramientas necesarias para tratar con estos niños.
    Puede que las personas con TEA se comporten, comuniquen, interactúen y aprendan de maneras que son distintas a las de la mayoría de las personas. Muchas veces no hay nada en su apariencia que las distinga de las demás. Las capacidades de las personas con TEA pueden variar de manera significativa. Por ejemplo, algunas personas con TEA podrían tener destrezas de conversación avanzadas, mientras que otras podrían no expresarse verbalmente. Algunas personas con TEA necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otras pueden trabajar y vivir con poca ayuda o nada de ayuda.

Los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida, aunque los síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran síntomas de TEA en los primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los síntomas no aparezcan hasta los 24 meses o después. Algunos niños con TEA adquieren nuevas destrezas y alcanzan indicadores del desarrollo hasta alrededor de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas destrezas o pierden las que ya tenían.

A medida que los niños con TEA se convierten en adolescentes y adultos jóvenes, podrían tener dificultades para formar y mantener amistades, para comunicarse con personas de la misma edad y adultos, o para entender qué conductas se esperan de ellos en la escuela o el trabajo. Puede que lleguen a proveedores de atención médica porque también tienen afecciones, como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que se presentan con más frecuencia en personas con TEA que en personas sin TEA.

Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también podrían presentar algunos de estos síntomas. Estas características pueden dificultar mucho la vida de las personas con TEA.

Para facilitar sus posibilidades de anticipación el ambiente debe tener una estructura predecible y fija, evitando los contextos poco definidos y caóticos. Un ambiente estructurado es aquél donde el niño conoce las pautas básicas de comportamiento y tiene seguridad de lo que se espera de él. La jornada debe resultar predecible, para ello el adulto debe dirigir y organizar las diferentes situaciones con rutinas. Algunos de los recursos que utilizaremos para organizar la clase serán: Elaboración de apoyos visuales con un esquema claro que represente las instalaciones más utilizadas, esto facilitará los desplazamientos diarios por el centro identificando dónde se encuentran, los aseos, departamentos, aula de música, biblioteca, sala de ordenadores, el gimnasio, recreo ,etc. Un gran tablón en el que pueda estar a la vista de todos los alumnos los horarios de las distintas clases que tienen cada día, en el que se reflejarán los posibles cambios que puedan ocasionarse, como el cambio de aula para alguna asignatura. Conviene plantear diferentes tipos de agrupamiento que faciliten la comunicación entre los alumnos dentro del aula. Deberán procurarse materiales adecuados y motivadores. Si fuera preciso, se creará un espacio libre de distracciones dentro de la clase para realizar las tareas. 

Dará buenos resultados que el niño lleve una agenda diaria en la que se especifique un horario para cada día, con los espacios a los que debe acceder para cada asignatura y también con los utensilios que necesitará para cada una de las materias (por ejemplo, “para Matemáticas: calculadora, compás, regla,...” para Lengua y Literatura: diccionario, libro de texto, etc”.También conviene mantener una lista del material escolar que le corresponde y que deberá guardar para que se responsabilice del mismo. 

He tratado de resumir lo mejor posible algunas soluciones que podéis aplicar en vuestras aulas, recordad que un niño con TEA ofrece muchas posibilidades, acostumbran a ser curiosos y en disciplinas como las matemáticas o materias más creativas suelen tener un buen desempeño, por lo que resulta fundamental encontrar sus ámbitos de interés y explotarlos lo mejor posible.

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